El tejido de la paja toquilla para la elaboración de sombreros y múltiples artesanías como adornos, cestos, bolsos, carteras y demás, es una de las actividades de mayor tradición en la región de Cuenca y el Azuay. Esta fibra, que proviene de la palma “Carludovica Palmata”, se la encuentra también en Colombia, Perú y Bolivia, pero es sólo en el Ecuador en donde su uso se convirtió en una fuente importante de ingresos para múltiples familias, llegando a desarrollarse así una importante industria de exportación.
En nuestro país, la Carludovica Palmata es cultivada en la Costa, en donde se han desarrollado centros artesanales de tejido de paja toquilla como Jipijapa y Montecristi. Sin embargo, esta actividad ha florecido también en la sierra austral ecuatoriana y desde mediados del siglo XIX, llegando a ser una importante fuente de ingresos para numerosas familias de las provincias del Azuay y Cañar.
Generalmente, la fibra que está lista para ser trabajada, se la comercializa en distintos puntos de venta o mercados en la Costa y en la Sierra, a donde los artesanos acuden a comprarla. Para la confección del sombrero, el primer paso es el dividido de la paja: mientras más finas sean las hebras que se obtengan, mayor calidad tendrá el sombrero. El tejido se lo realiza a mano de manera circular con la ayuda de una horma para formar las tres partes: plantilla, copa y falda.
En la mayoría de los casos los artesanos venden su producto semi-terminado a las casas comercializadoras, en donde se lleva a cabo el proceso de “compostura”, que incluye el azocado (cortado de las pajas sobrantes), el lavado, el sahumado o blanqueado, el prensado, maceteado, planchado y la inclusión de tafiletes y bandas. De esta forma el sombrero está listo para ser vendido o exportado.
El sombrero de paja toquilla es reconocido mundialmente como un producto de alta calidad y ha llegado a ser sinónimo de elegancia y distinción. Además la actividad del tejido tradicional de la paja toquilla en el Ecuador, ha sido declarada por la UNESCO desde diciembre de 2012, como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Museo Municipal casa del sombrero
Este lugar tiene la singularidad de ser unos de los pocos museos en el mundo que están enmarcados en un modelo de economía popular, social y solidaria. Mediante un convenio con algunas asociaciones de tejedoras del sector rural de Cuenca, se ha logrado hacer de éste un espacio vivo, ya que las artesanas, a cambio de ocupar en forma gratuita la tienda para la venta de sus productos, se han comprometido a constantemente desarrollar actividades interactivas con el público.
Las tejedoras son expertas profesionales que entre las diversas actividades a las que se han comprometido con el Museo Casa del Sombrero, dictan en forma gratuita cursos de tejido de paja toquilla, brindando así la oportunidad a quien lo desee, de iniciarse en esta fascinante actividad. El museo se encarga luego de emitir un certificado a quienes han concluido el curso, el cual los cataloga como “toquilleros”.
Con este tipo de programas, el personal del museo respalda en forma continua la promoción de esta práctica artesanal que ha sido declarada por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
El Museo Municipal Casa del Sombrero funciona en una edificación emblemática, pues se trata del local en donde se estableció una de las primera fábricas de sombreros de paja toquilla en la ciudad, construida en 1880 en la también icónica calle Rafael María Arízaga. El museo consta de una sala de exhibición de los productos elaborados por los estudiantes de los talleres; una sala con información sobre la historia de la paja toquilla; una sala de exhibición y ventas y una sala con fotografías del proceso completo de elaboración de los sombreros.
Fuente: cuencaecuador.com.ec