La biodiversidad del bosque húmedo tropical, sus paisajes y recursos faunísticos en conjunto hacen de esta Reserva un sitio ideal para los turistas, quienes, además, pueden disfrutar de piscinas naturales y cascadas. Para planificar una visita a la REMACH se debe tener en cuenta la estación del año, ya que las posibilidades de acceso varían mucho entre los meses de invierno y verano. La mejor época es entre julio-diciembre.
En el área no existe dotación de servicios de agua potable y alcantarillado. Previo al ingreso es recomendable comunicarse con la Regional del Ministerio del Ambiente en Esmeraldas para conseguir guianza en el sector. En general, todos los accesos actuales a la Reserva son difíciles y su estado depende también del período de lluvias, que pueden llegar hasta imposibilitar la entrada durante la estación invernal (de enero a junio).
La vía Santo Domingo-Esmeraldas pasa por la población Rosa Zárate, en el Cantón Quinindé; cerca de este poblado, sobre la misma carretera, se halla la entrada a la población de Herrera, desde donde continúa el camino hasta el caserío La Y de la Laguna. Siguiendo este recorrido, se llega al Estero de Plátano y, posteriormente, a la cabecera del río Taguales, en los límites orientales de la Reserva. Este acceso es el más factible, ya que conduce directamente a la Laguna de Cube. Otras posibilidades de acceso se dan desde las ciudades de Esmeraldas, Atacames, Muisne y Pedernales, todos ellos impredecibles y complicados según la temporada.
Si se decide ingresar desde Muisne, se puede tomar la carretera Chamanga-Pedernales. Desde esta vía es posible llegar por El Hojal hasta las comunidades asentadas en los ríos Muisne y Canuto; desde el poblado Boca del Sucio y siguiendo por este río (Sucio), se pasa por varias comunidades hasta llegar a San Salvador. Cabe agregar que desde la vía Chamanga-Pedernales se tiene acceso a la Reserva por los poblados de Eloy Alfaro, Chindul, Cheve y Beche. Un último trayecto de acceso es por San José de Chamanga, al sur del área, navegando desde Pedernales. Esta vía conduce a la comunidad Chachi de Balzar.
Bosque húmedo tropical y los recursos paisajísticos: A más de varios paisajes exóticos, con cascadas y piscinas naturales, que se forman en un marco de bosque imperturbado, como en los ríos Sucio y Ene, el valor real de Mache-Chindul está en la diversidad biológica que encierra.
Laguna de Cube: En este humedal se pueden observar ambientes de la biorregión del Chocó y de los Andes (Báez y Lasso 2001). El sector cuenta con instalaciones para albergar a turistas y estudiantes.
Túneles del Colorado: Es un recorrido de 5 kilómetros que incluye un paseo dentro de estos túneles para conocer su formación e incluso observar murciélagos. El acceso es una trocha natural y un sendero abierto por los moradores del sector; su nivel de dificultad es medio y se necesita el apoyo de un guía.
Rancho Pablito: Se recorren 700 metros desde el Centro de Visitantes hasta la cascada, pasando por un bosque un poco intervenido, donde se pueden observar aves y especies de flora nativa. Se requiere un guía para su visita. Se encuentran tres centros de información: en la “Y” de La laguna, en Balsalito y en Eloy Alfaro; además, existen la Estación Biológica Bilsa y los centros culturales Chachi. También hay facilidades de hospedaje comunitario en cabañas en la Laguna de Cube, Dágola, Bilsa, Cuasa, Rancho Pablito y Las Mercedes.
Reserva Biológica Bilsa: Es un bosque de propiedad privada, ubicado junto al límite oriental de la Reserva (3 000 ha) y manejado por la Fundación Jatun Sacha. Constituye un corredor biológico de conexión con la flora y fauna de Mache-Chindul. Visitarla puede brindar una idea aproximada de las especies existentes en la REMACH. Cuenta con instalaciones para albergar a visitantes, científicos y estudiantes (Jatun Sacha 2006). Siguiendo por esta ruta se puede acceder a las comunidades de Dógola, Mono, Balzar y salir a un sector llamado Mango-Pedernales. A través de este recorrido se puede apreciar una diversidad de ecosistemas con sus bellezas escénicas, como la cascada del Mono, con más de 60 m de altura.
Balnearios y playas: Cerca de la Reserva se pueden encontrar hermosas playas, como las de Muisne, Atacames, Súa y Same, que cuentan con todos los servicios y gozan de un clima agradable. Existen lugares de alojamiento y restaurantes con comida esmeraldeña, caracterizada por sus exquisitos mariscos.
En la Reserva se han inventariado 1 434 especies, distribuidas en 624 géneros y 149 familias. Las familias más abundantes y diversas son: Araceae, Orchidaceae, Rubiaceae, Fabaceae, Gesneriaceae, Poaceae, Melastomataceae, Dryopteridaceae, Piperaceae y Moraceae. De los registros realizados, el 8% (111 especies) corresponde a especies endémicas; la mayoría presenta alguna categoría de amenaza.
Estudios botánicos realizados en 2001 indican que alrededor de 7 especies de árboles son cotizados por su madera, generando gran demanda por parte de madereros particulares y empresas. Entre estos se pueden mencionar: calade (Ocotea sp.), canalón (Exarata chocoensis), cuangaré (Virola dixonii), entre otras (Alianza REMACH/MAE 2005).
La presencia de estos árboles en la Reserva indica su buen estado de conservación. Adicionalmente, a través de las exploraciones botánicas realizadas por el Missouri Botanical Garden se descubrió un género nuevo para la ciencia Ecuadendron (Fabaceae), endémico para el occidente de Ecuador; y se identificaron dos especies más Pitcairnia clarkii (Bromeliaceae) y Rustia bislana (Rubiaceae); (Neill et al. 1999).