Ecuador es un país muy diverso, en él se puede practicar varias clases de turismos. como el turismo de aventura, el ecoturismo e incluso el turismo religioso, este último tiene como motivación fundamental la fe, en general puede considerarse que abarcar tanto la visita a santuarios o lugares sagrados como a las peregrinaciones, además, visitas a tumbas de santos, asistencia y participación en celebraciones religiosas.
Quito la capital de Ecuador, es una de las ciudades que posee grandes opciones para practicar el turismo religioso, posee varias iglesias, museos santuarios y más.
Hoy te voy hablar sobre algunas iglesias que esta ciudad posee, algunas poseen unas leyendas un poco bizarras que te dejarán fascinado.
Iglesia de San Francisco
La iglesia de San Francisco fue uno de los atractivos más grande e interesante que pude presenciar durante mi viaje a Quito por eso la pongo en el puesto número 1, Fue construida en 1535, San Francisco fue la primera iglesia de Quito, y la base desde la cual los monjes franciscanos evangelizarían a los indígenas locales.
Es el hogar de las multitudinarias celebraciones del Viernes Santo durante la Semana Santa, el punto de inicio y final de la icónica procesión de Jesús del Gran Poder, escoltado por "cornetas" encapuchadas y penitentes que llevan cruces y se disfrazan de Jesús. Tiene una historia curiosa sobre su construcción, llamada La leyenda de Cantuña.
Se cree que durante la construcción de la iglesia, el sacerdote de la ciudad le pidió a un famoso nativo con el nombre de Cantuña que cubriera el atrio principal de la iglesia con piedras. Aunque fue un trabajo muy extenso, Cantuña lo aceptó con una ligereza inesperada.
Se cree que durante la construcción de la iglesia, el sacerdote de la ciudad le pidió a un famoso nativo con el nombre de Cantuña que cubriera el atrio principal de la iglesia con piedras. Aunque fue un trabajo muy extenso, Cantuña lo aceptó con una ligereza inesperada.
Pasaron los días y Cantuña no pareció preocuparse por la fecha de entrega, hasta el día antes de que se cumpliera, le pidió ayuda a Dios, pero Dios estaba ocupado, viendo que Dios se había negado a responderle, de entre un montón de piedras emergió una figura vestida de rojo, con una nariz puntiaguda y una espesa barba. La atmósfera olía a azufre y se identificaba la voz ronca del personaje:
A las 6 am, el Diablo orgulloso le preguntó si deseaba despedirse de su alma, pero cuando la campana empezó a sonar, fue el hombre el que se rió, diciéndole al Diablo que mirara con mayor atención a sus paredes.
Había una sola piedra que faltaba, y al sonar de la campana, el contrato se rompió. Cantuña había derrotado al Diablo, y hoy, el muro, sin su piedra desaparecida, recuerda este encuentro entre un quiteño y el mal.
Basílica del Voto Nacional
La Basílica del Voto Nacional de Quito es una de las más frecuentadas por turistas, posee una arquitectura neogótica ecuatoriana, una de las más representativas del continente americano. Por su estructura y estilo, es comparada con dos de las grandes catedrales de todo el mundo: la Basílica de San Patricio, ubicada en Nueva York y la Catedral de Notre Dame, de París.
La Basílica fue bendecida por el Papa Juan Pablo II, el día 30 de enero de 1985, fue consagrada e inaugurada oficialmente el 12 de julio de 1988. Las figuras mitológicas fueron desplazadas en el diseño. En su lugar se incorporaron animales endémicos del país como los armadillos, caimanes, tortugas, monos e iguanas. Ellos, a más de servir como decoración, se utilizan para canalizar el agua de la lluvia.
Tiene varias atracciones que puedes visitar, como La Torre del Cóndor: para llegar allí, debes cruzar una especie de puente colgante que te lleva a escaleras estrechas y empinadas. Aquí está el punto más alto de la Basílica.
La iglesia y el convento de Santo Domingo
Dominando una de las plazas más importantes de Quito, la iglesia y el convento de Santo Domingo tiene una historia ilustre. Construido por monjes dominicos, su construcción es plateresca y de estilo mudéjar, data del siglo XVI, en 1581, los religiosos recurrieron al arquitecto Francisco Becerra, para diseñar el convento y su iglesia. Sin embargo, la partida de Becerra en 1583 dejó el trabajo solo en las fundaciones. Además de su gran patio, lleno de árboles que atraen a las aves más bellas de la ciudad, dentro del templo también hay estructuras valiosas, y varias atracciones que puedes ver:
Virgen de la Escalera: La imagen de la Virgen de la Escalera es obra de uno de los primeros pintores quiteños, El Altar Mayor: El altar mayor es de estilo neogótico, que fue colocado a finales del siglo XIX por dominicos italianos. El Techo: El techo de la iglesia, de estilo mudéjar, cuenta con pinturas de mártires de la Orden de Santo Domingo.
Sin duda una de las más importante joyas barrocas del siglo XVIII que se cuida celosamente es la Capilla del Rosario, su decoración con tallas doradas sobre fondo rojo, las columnas con original mezcla de elementos vegetales y antropomórficos y los complicados cerramientos, todo lo cual completa un conjunto de rara plenitud ornamental.
"Hola Cantuña, ¿no me reconoces? Soy Satanás, te vengo a proponer un negocio: Solo yo puedo terminar el atrio de la iglesia antes de que salga el sol, claro que en pago a este favor tú me entregarás tu alma. ¿Aceptas? Cantuña aceptó, agregando su propia cláusula: que si el Diablo y sus pequeños ayudantes diabólicos no hubieran terminado de colocar cada ladrillo hasta la primera campanada a las 6 am, el trato anularía. El diablo estuvo de acuerdo, tenía todo para ganar. Firmaron el acuerdo. Mientras trabajaban las criaturas, Cantuña caminó por entre ellos y sin que nadie se diera cuenta, sacó una piedra de una pared, deslizándola bajo su poncho".
A las 6 am, el Diablo orgulloso le preguntó si deseaba despedirse de su alma, pero cuando la campana empezó a sonar, fue el hombre el que se rió, diciéndole al Diablo que mirara con mayor atención a sus paredes.
Había una sola piedra que faltaba, y al sonar de la campana, el contrato se rompió. Cantuña había derrotado al Diablo, y hoy, el muro, sin su piedra desaparecida, recuerda este encuentro entre un quiteño y el mal.
Basílica del Voto Nacional
La Basílica del Voto Nacional de Quito es una de las más frecuentadas por turistas, posee una arquitectura neogótica ecuatoriana, una de las más representativas del continente americano. Por su estructura y estilo, es comparada con dos de las grandes catedrales de todo el mundo: la Basílica de San Patricio, ubicada en Nueva York y la Catedral de Notre Dame, de París.
La Basílica fue bendecida por el Papa Juan Pablo II, el día 30 de enero de 1985, fue consagrada e inaugurada oficialmente el 12 de julio de 1988. Las figuras mitológicas fueron desplazadas en el diseño. En su lugar se incorporaron animales endémicos del país como los armadillos, caimanes, tortugas, monos e iguanas. Ellos, a más de servir como decoración, se utilizan para canalizar el agua de la lluvia.
Tiene varias atracciones que puedes visitar, como La Torre del Cóndor: para llegar allí, debes cruzar una especie de puente colgante que te lleva a escaleras estrechas y empinadas. Aquí está el punto más alto de la Basílica.
La iglesia y el convento de Santo Domingo
Dominando una de las plazas más importantes de Quito, la iglesia y el convento de Santo Domingo tiene una historia ilustre. Construido por monjes dominicos, su construcción es plateresca y de estilo mudéjar, data del siglo XVI, en 1581, los religiosos recurrieron al arquitecto Francisco Becerra, para diseñar el convento y su iglesia. Sin embargo, la partida de Becerra en 1583 dejó el trabajo solo en las fundaciones. Además de su gran patio, lleno de árboles que atraen a las aves más bellas de la ciudad, dentro del templo también hay estructuras valiosas, y varias atracciones que puedes ver:
Virgen de la Escalera: La imagen de la Virgen de la Escalera es obra de uno de los primeros pintores quiteños, El Altar Mayor: El altar mayor es de estilo neogótico, que fue colocado a finales del siglo XIX por dominicos italianos. El Techo: El techo de la iglesia, de estilo mudéjar, cuenta con pinturas de mártires de la Orden de Santo Domingo.
Sin duda una de las más importante joyas barrocas del siglo XVIII que se cuida celosamente es la Capilla del Rosario, su decoración con tallas doradas sobre fondo rojo, las columnas con original mezcla de elementos vegetales y antropomórficos y los complicados cerramientos, todo lo cual completa un conjunto de rara plenitud ornamental.